El esclavismo es una práctica de explotación y sujeción de un ser humano a otro, normalmente por motivos de trabajo forzado. Sobre su origen existen diferentes teorías, sin embargo, se sabe que ha estado presente en diversas culturas y civilizaciones desde tiempos inmemoriales. Según la historia, el esclavismo comenzó en las civilizaciones antiguas, concretamente en Egipto, Babilonia y Asia Menor, alrededor del tercer milenio antes de Cristo. Posteriormente, en las sociedades antiguas griega y romana, el esclavismo se convirtió en un sistema extenso y brutal que permitía la realización de una enorme cantidad de trabajos manuales y serviles necesarios para el buen funcionamiento de sus economías. En Europa, la práctica de la esclavitud disminuyó con el surgimiento del feudalismo, aunque nunca llegó a desaparecer por completo. Por otro lado, en America, la llegada de los europeos al Nuevo Mundo en el siglo XV supuso el inicio de una de las épocas más oscuras de la historia humana, con la proliferación del comercio de esclavos africanos que llegaron a América por millones dejando un mundo distinto por la amalgama de culturas y el cristo de costumbre que esto género. La esclavitud era vista como una práctica normal en muchas sociedades antiguas y no fue hasta los siglos XVIII y XIX que se inició un movimiento para la abolición de la esclavitud en todo el mundo. Hoy en día, la esclavitud sigue siendo un problema mundial y una violación de los derechos humanos básicos. En la actualidad, aunque la esclavitud está abolida oficialmente en casi todo el mundo, todavía existen formas de esclavitud moderna, como la servidumbre por deudas, la explotación laboral y el tráfico de personas. Los países donde se dan más casos de esclavitud moderna son aquellos cuya situación económica es más precaria, en países como India, Pakistán, Bangladesh, China, Rusia, Brasil, entre otros. C-F